Estaba comiendo y se me ocurrió la siguiente chorrada:
La idea de que si vas al Palace, o a un restaurente my snob y exclusivo, y pides una coca cola cero, te ponen la lata abierta, pero la tapan cuidadosamente con un gajo de mandarina seleccionado para caber perfectamente en la abertura de la cocacola --Imaginemoslos desojando cientos de mandarinas hasta encontrar un gajo adecuado--.
Sería como las sombrillitas de los cockteles pero mucho mas "casual". Podríamos contextualizar la idea y decir que es una forma muy sofisticada de impedir que se escape el gas, o incluso podríamos traspasar la línea que separa el bien del mal e imaginar que estos ricachones sin escrúpulos utilizasen mandarinas modificadas genéticamente --millones malgastados en eugenesia-- para que sus malditos gajitos encajen magistralmente en la apertuera.
Ríos de tinta, se vertirán acerca cómo lo exclusivo y lo vulgar se aunan en esta cosa.
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