Esta historia me ocurrió hace unos días, he necesitado un tiempo para digerir lo sucedido y ponerlo en palabras.
Iba yo caminando tranquilamente por mi calle pensando en mis cosas cuando oigo que alguien grita hacia mi. Miro y se trataba de un señor de aspecto extraño, un tanto demente. Gritaba en mi dirección y pensé
--Esto es que está haciendo una broma a algún amigo suyo que seguramente esté detrás de mi. --Pero no había nadie detrás de mi--.
Me increpaba a mi. Me decía
--¡Pero anda bien, mira como andas!
De todas las cosas que podía decirme, decidió meterse con mi forma de andar y eso me mató, no podía enfadarme con él porque no pude evitar reirme.
Me hacía mucha gracia cómo me increpaba ese señor, el maldito era realmente original, era un genio de la crítica constructiva.
--¡Esta juventud que no sabe ya como va! ¡Normal, luego dicen...! --Y me señalaba--
Usaba mi forma de caminar como prueba de la decadencia de la juventud. Argumentaba a cerca del botellón, las peleas, la basura... Todo a raíz de mi forma de andar ¡He sido su inspiración! Su avatar, su punta de lanza. Para él soy la prueba viva de que la juventud se perde.
Ya muerto de risa --sentido del humor ante todo--, me di la vuelta y marché por otra calle para que no me viera, creo que no me siguió porque enseguida dejé de oír sus gritos. ¡Qué escena! ¡Un loco insultándome y yo escapando muerto de risa! --La gente nos miraba como diciendo ¿Cuál de los dos está más loco?--
No hay comentarios:
Publicar un comentario