Aquí os dejo un relato corto que presenté (con poco éxito) a los premios Vida Universitaria 2016.
La rebelión de los Eloi
From: naya_nebul@gmail.com
To: secretariadesap@policia.es
Subject: Último email Dani
Hola. Escribo porque esta mañana hablé con Álvarez y me pidió que le reenviara el
último correo que recibí de Dani, en vistas a que puede ser útil para la investigación.
Espero sea de utilidad, os reenvío el mail.
Un saludo.
---------------------------------------------------
From: danielcor@gmail.com
To: naya_nebul@gmail.com
Subject: La rebelión de los Eloi
Queridísima Naya.
No voy a intentar intentar convencerte para que vuelvas otra vez y que dejes de
servir mesas en Barcelona. Éste no va a ser uno de esos emails. No lo haré porque he
acabado por darme cuenta de que mis razones para insistir en que retomes la vida
académica y vuelvas a Pamplona son bastante egoístas. Al fin y al cabo los argumentos
que uso son los mismos que me suministro a mí mismo para no dejarlo y supongo que
tenerte aquí me ayudaría a sobrellevar mi recién descubierta falta de pasión por la
academia.
No son solo las puñaladas y envidias en el departamento, el problema viene de
dentro. Desde "Ilusión de Control" ya nada es lo mismo. Ya, ahora soy autor, misión
cumplida, ¿y qué?
Esos títulos, esos temas. La ciencia Ficción y la Filosofía Postmoderna, Pynchon y
Phillip K. Dick, El Cyberpunk y en Nihilismo. ¿Realmente merecen la pena? Reitero, ya
nada es lo que era. Ya no oigo las voces de los maestros en mi cabeza antes de
quedarme dormido, ya no siento dentro de mí las historias que antes parecían haber sido
escritas para ser susurradas a mi oído.
Y en mitad de todo esto un día caminando de vuelta a casa por el Yamaguchi me
topé con un cartel que comenzó una reacción en cadena en mi cerebro y que me metió
en esta espiral de locura tan estúpida y absurda. "Meditación transcendental cuántica,
aprende a usar el 100% del poder de tu mente". Tantas cosas ridículas en este título y
por tantas razones que prefiero no profundizar en ellas... El hecho es que pensé "yo me
veo muy capaz de escribir esta basura”, y es que puliéndolo un poco podría haber salido
de una subtrama cargada de la ironía propia de Gravity's Rainbow, de Ubik o incluso de
Neuromancer. De ahí surgió el germen de "La rebelión de los Eloi".
Sí, los Eloi, has leído bien, los de tu querido Wells, no me olvido de tu Tesis. Lo que
empezó como una broma tonta para disfrute propio, acabó convirtiéndose en 300
páginas de neurobullshit en tapas blandas y un NEW AGE bien grandecito en el lomo
etiquetando su contenido. Sí señor, algunas perlas del libro: a través de una meditación
diaria muy detallada que me inventé, el libro promete al lector que éste completará un
aprendizaje en cuatro fases, que son "el idioma de los muertos", "el idioma de los vivos",
"la música de las esferas" y "dar el primer paso". ¿Te suena?, por supuesto, Simmons.
Luego termino de envolverlo todo con un capítulo final acerca de cómo este método será
abrazado por el completo de la humanidad y los Eloi quedarán así liberados de la tiranía
de los Morlocks y bla bla bla, conspiraciones, bla bla bla, percepción extrasensorial...
Esta miasma fue abrazada por el editor desde el minuto 1 Creo que no pilló la
ironía, ahora visto con perspectiva "El mercado acepta muy bien este material ahora
mismo" fueron sus palabras. Por supuesto firmé bajo el nombre de pluma Raul
Endymion, no voy a dejar que mi nombre se relacione jamás con esta maravillosa oda a
la estupidez.
Las cosas empezaron a ponerse un poco feas cuando Iker Jiménez entrevistó a este
oscuro individuo que se hace llamar John Boy y que resulta ser el líder de un culto
llamado "los Eloi" y que han abrazado mi libro como texto sagrado.
Agárrate, mejor, hazte una infusión y siéntate porque lo vas a necesitar. John Boy es
en sus propias palabras un ser sideral y un telépata. Según parece ha alcanzado la
fase 4 "dar primer paso" de mi elaborada mitología personal. Al ser preguntado por la
fuente de su complejo misticismo, John Boy apunta descaradamente a La Rebelión de
los Eloi y se atreve a decir que está en contacto con el autor es decir yo; imagina mi
reacción. Sé por el editor que han intentado contactar conmigo.
Intenté no darle mucha importancia, no hacer nada. Pero pronto empecé a darle
vueltas y más vueltas. Después vinieron las pesadillas. El mismo sueño una y otra vez.
Un castillo de cuento me llevaba a un prado, sobre el prado una colina, sobre la colina un
gigante yacía muerto, y encima del gigante, mirándome desafiante, John Boy.
“No se lo digas, tengo miedo” le decía yo en mi sueño.
“No te preocupes, no lo sabrán, de momento es mejor así”, me respondía él.
Los sueños se reproducen en versiones casi idénticas, con una única variación.
Cada vez que lo sueño de nuevo el cadáver del gigante se deshace que no
descompone, curiosamente y las últimas veces que he soñado ésto John Boy se apoya
sobre el esqueleto enorme y monstruoso del gigante.
La web oficial de John Boy anunciaba un concierto el 16 en Tudela y me decidí
a ir. Tengo que conocer me dije al líder del culto que sin quererlo he creado.
Se trataba de una sala pequeña, más bien un bareto, seríamos unos cuarenta.
En cuanto a John Boy... menudo showman. Sabe mantener el tipo, sabe transmitir
admiración, pero principalmente cumple todas las características de monomito
Campbelliano. Solo te diré que entré al concierto preparado para lo peor y salí casi como
un miembro más del club de fans. No voy a entrar a describirte aquí la música, ni los
momentos de “transmisión telepática" ni la meditación conjunta ideada por Raul
Endymion Como bien indicó John en un punto del concierto, el hombre reconoce mi
autoría; por lo menos no se apropia de ideas. Cómo hubiesen alucinado estos pobres
diablos de haber sabido que su querido Endymion estaba ahí entre el público.
Lo perturbador, y aquí ya me meto en terreno pantanoso fue que en cierto
momento del concierto, entre canción y canción John Boy me mantuvo la mirada, a mí y
sólo a mí durante unos larguísimos cinco segundos. Aún hay más. Mientras me miraba
pude ver que hacía un gesto muy particular con la ceja, casi un tic, que le he visto hacer
cientos de veces en mis recurrentes sueños, subido al cadáver del gigante. No pude
evitar acercarme al final del concierto a intentar hablar con él.
“Hey John, perdona que te aborde, brutal el concierto. Oye, soy nuevo en todo
esto, perdona que te pregunte, ¿por casualidad nos conocemos?, antes me has mirado
como reconociéndome y la verdad es que me suenas de algo” le dije sin cortarme un
pelo.
“Ya, yo también he tenido una sensación parecida. Bueno, como dice Endymion
‘cuando dos personas que se ven por primera vez tienen un déjà vu es porque se han
conocido en otra vida”
“Mmmm... me suena, es interesante éso...” Claro que me sonaba, como que me
lo había inventado yo. Es parte de mi metafísica barata personal ahora al alcance de
todos en la sección NewAge/Autoayuda te tu librería.
Y así fue como comencé a hablar con John, que al rato después me pidió mi
email para quedar y conversar le parecí una persona interesante. Concretamos en
vernos mañana para tomar un café, quién sabe, quizás acabe llevándome junto al
gigante muerto y me explique qué es eso que no quiero que les diga a quiénes quiera
que sea. Mañana te escribo y te cuento más, ésto promete.