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domingo, 16 de junio de 2013

Sueño Sci-Fi

Mi sueño de hoy reúne los componentes de una novelilla de ciencia ficción pretenciosilla: 

>>Estaba en el colegio, era niño. Pero no era un colegio normal, no. Se trataba de una basta pradera en la que los niños de cada clase llevaban un pañuelo de un color determinado que los diferenciaba de los de otras clases y edades --recuerdo que el mío era azul marino--. Además cada clase debía permanecer en una inmensa proporción de pradera --que, a menudo tenía una colinita o alguna ruina, mi clase disfrutaba de un monasterio abandonado en el que solo hablábamos en inglés-- y no mezclarse con los de las otras clases (aquí la parte denuncia social).
Por alguna razón, yo emprendía un largo viaje y me escapaba de mi zona, desoyendo el consejo de mis compañeros de pañuelo azul marino. En mi andadura, recuerdo pañuelos amarillos, verdes, rojos...En un momento dado, llegué a una colina donde se estaba llevando a acabo un juicio sumarísimo, eran niños mayores, --yo creo que en el sueño debía tener unos 9 años y esos niños debían rondar los 14-- portaban pañuelo rojo. Había unos profesores que presidían el acto. En el juicio, condenaban a un chico de la clase por--atención:-- "no reconocer el sistema". La pena fue "caer empujado por todos desde el tobogán más alto y peligroso" --muy en la lógica del sueño la verdad--.Creo recordar que de algún modo yo le ayudaba y me escapaba con él. Este chaval, resultaba ser una figura carismática y de profundas ideas. Se convertía en algo así como el "Che Guevara" de todo aquello y yo le seguía y apoyaba. Después me desperté.<<
La verdad es que en el sueño solo se revela el tomo 1 de la historia, el "nudo". Me falta saber lo que pasa luego, si conseguimos o no alzar el puño contra los malvados profesores opresores. Además reúne los componentes de un best-seller: mundo extraño, viaje a lo salvaje, denuncia social, aventura revolucionaria...Me encanta mi papel secundario en la revolución, mi subconsciente podía haberme reservado el papel protagonista, pero prefirió dejarme en un segundo plano, como testigo del gran cambio.